miércoles, 11 de enero de 2012

Respira...

Llego a casa corriendo para tirar las cosas al suelo y meterme en cama. Me escondo entre las sábanas. No quiero saber nada del mundo.

La vida no deja de pegarme hostias y necesito respirar. Estoy colocada con tantos sentimientos y me vuelvo loca. Me echo a llorar. Río. Vuelvo a llorar. Soy bipolar...

Quiero quedarme dormida y te juro que lo intento, pero no puedo. Su rostro invade mi mente todo el rato. No puedo soportarlo. Cojo tabaco en mi cajita de las cosas prohibidas y lo enciendo. Es el último que me queda y todavía me espera una larga noche. Voy hacia el salón. Genial, lo estoy viendo ahí sentado aquel día por la mañana. Me esperaba leyendo un libro mientras yo acababa de ponerme el carmín en los labios. Estaba precioso allí sentado. Cuando acabé de arreglarme me quedé un rato en la puerta observándolo sin que él me viera. Como me gustaba su cara de concentración. Una sonrisa invade mi cara... Ese día me llevó a desayunar.

"Olvida todos sus recuerdos, niña". Me lo repito constantemente, pero es inútil. Quiero que tu recuerdo me deje tranquila. No sé qué ha ocurrido, parece que he estado dormida. Lo único que sé es que nunca encontraré a alguien como tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario