domingo, 15 de enero de 2012

¡ Buenos días, princesa !

—Ah... me olvidaba decirte que... 
—Dilo. 
—... Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes ni imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie. Sobre todo a tí. Deberían torturarme para obligarme a decirlo. 
—¿A decir qué? 
—Que quiero hacer el amor contigo. No una vez solo, sino cientos de veces. Pero a tí no te lo diré nunca. Solo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo, aquí, delante de tu casa, toda la vida.




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